sábado, 28 de septiembre de 2013

El viento de Meltem persiste

Descubrimos junto a Camille y Kyrill algunos de los secretos de la isla de Rodos. Nuestros ojos disfrutaron con un paisaje montañoso lleno de... árboles! Y nuestro olfato recordó el olor de la tierra húmeda.  


"Los siete manantiales"
Bucólico rincón donde emergen chorros de aguas fresca y cristalina de siete puntos diferentes. 


Me pareció ver alguna hada merodeando el lugar...

El día 9 de Septiembre nos despedimos de nuestros amigos y de momento no tenemos ninguna cita prevista hasta mediados de Octubre. Los siguientes días los pasamos poniendo a punto el barco para continuar con lo nuestro, vamos, navegando. La vela mayor empieza a estar bastante cansada y necesitaba algún que otro remiendo y el motor también necesitaba un pequeño repaso. Como dicen los franceses: "petit bateau, petits problèmes" (barco pequeño, pequeños problemas).

La isla de Rhodos es un cruce de caminos entre Europa, el Mediano Oriente y África. Esto ha dado lugar a muy diferentes identidades, culturas, arquitectura y lenguas. La isla ha sido habitada desde el año 4000 a.J.C. y en su puerto de la ciudad de Rhodos se situaba "el Coloso", una de las Siete Maravillas del Antiguo Mundo. 


Espectaculares castillos y murallas en la ciudad de Rhodos.



Callejeando por la ciudad


Uno de estos días al levantarnos nos sorprendió algo que no veíamos desde hacía un par de meses... nubes!

Cuando estuvimos listos nos decidimos a hacer camino en dirección al Oeste, en dirección a Creta.Dejamos Turquía para otra ocasión. Volvimos a hacer parada en la bahía de Lindos con la intención de pasar solo un par de días pero allí nos encontramos con unos amigos de Túnez. Hervé tenía una pequeña complicación de salud y decidimos quedarnos con ellos por si necesitaban ayuda. Después de eso el Meltem volvió a soplar y nos bloqueó de durante unos días más. Un poco más de paciencia...


Cuevas situadas bajo la ciudad de Lindos

En Lindos ha sido donde hemos tenido mala suerte pero a la vez muy buena suerte. Menos mal de los conocimientos de Olivier en casi cualquier materia, nunca me dejará de sorprender! Dejó un cebo colgando del barco con las tripas de un pulpo que nos comimos con mucho gusto y a la mañana siguiente descubrimos este extraño pescado de 5kg aprox.



¡OJO, VENENOSO!
Pufferfish (inglés)
Lagocephalus Sceleratus (nombre científico)

Resulta que es un pez que produce una substancia tóxica llamada tetradotoxini y si nos lo hubiéramos comido tal vez no podría estar escribiendo este blog ahora mismo! Produce insuficiencia pulmonar a quien consume su carne y puede conllevar la muerte. Es un pez no originario de las aguas del Mediterranio que ha llegado hasta aquí a través del canal de Suez. En Japón los cocineros pasan tres o cuatro años de estudio para aprender a prepararlo sin que resulte peligroso. Yo prefiero el atún...


Nos dirigimos a la punta Sur de Rhodos en plena forma

En la punta hemos esperado nuestra oportunidad para saltar de isla y allí hemos disfrutado del espectáculo ofrecido por los casi diría cientos de surferos del lugar. Por el camino hemos pescado un bonito y esta vez nos hemos regalado con un marmitaco estupendo.


Punta Sur de Rhodos, incón ideal para el kitesurf y windsurf 
(para la cometa que nos regaló Camille soplaba demasiado...)

Ahora nos encontramos en una isla que nos tiene encantados: Kasos. No hay apenas turismo, solo se encuentran unos pocos pequeños pueblos y paisanos que te saludan al pasar, montañas peladas que ofrecen paseos con vistas magníficas y (algo muy interesante para nosotros) el puerto de Fry es correcto y gratuito, incluyendo agua y luz.



Pensamos pasar un par de días aquí y luego... prefiero no decir nada, porque cualquier plan que hagamos luego nunca lo cumplimos. El viento dirá!

viernes, 6 de septiembre de 2013

El Dodecaneso

En Kos desembarcaron nuestros dos grumetes Joaquim y Mireia y dejaron sitio a Kyrill. Entre desembarco y embarco entablamos amistad con Manolis, el simpático propietario de un bar muy acogedor situado en primera línea de mar a las afueras de Kardamena. Ese bar a sido nuestro lugar de despedidas, de reencuentros, de barbacoas y de cervezas bien frías. También ha sido un lugar de nuevos encuentros pues allí conocimos a Simon, un hombre de Nueva Zelanda que andaba de camino a una boda de un amigo en Irlanda pero que se desvió de su ruta y se coló en nuestro barco por unos días. ¡Tengo que confesar que al principio fui un poco reticente a la propuesta pero ha resultado ser una bonita experiencia! 


Así pues, Kyrill, Simon, Olivier y yo pusimos rumbo a Symi, otra isla perteneciente al Dodecaneso. Allí hemos pasado varios días en diferentes calas, siempre rodeados de parajes desérticos, aguas transparentes y alguna que otra cabra suelta. El puerto principal de la isla es un verdadero caos de goeletas y veleros por doquier y más de un navegante nos ha aconsejado de no mojar el ancla allí porque nunca se sabe si después se podrá levarla sin problema... Aunque también cabe decir que vale la pena visitar la ciudad.



Luego nos dirigimos a Tilos. Allí amarramos en el puerto gratuitamente ya que la persona que se ocupaba de cobrar no recibía su sueldo, así que dejó de cobrar a los barcos. Esta isla no recibe mucho turismo y es un lugar agradable para pasar unos días. El paisaje sigue siendo el mismo, altas montañas, acantilados que surgen del agua y vegetación desértica. Es un paisaje espectacular y muy bonito, diferente a lo visitado hasta ahora.

Desde ese puerto nuestro kiwi tomó un ferry rumbo hacia su destino inicial, la boda de su amigo en Irlanda.

Nosotros intentamos volver a Kos pero el Meltem atacó de nuevo. En cuanto pasamos el cabo para poner rumbo a nuestro destino unas fuertes ráfagas de unos 40 nudos nos hicieron tomar la decisión de volver a puerto. Kyrill tomó un ferry para encontrarse con su novia Camille y de allí cogieron otro ferry para reunirnos todos en la isla de Rhodos. Un pequeño descenso del viento y un rumbo de buen través nos permitió a Olivier y a mí llegar a esta otra isla sin problemas.

Ahora mismo nos encontramos en Lindos, una bonita cala protegida del Meltem. El pueblo, turístico 100%, está coronado por una mezcla de ruinas griegas y castillo amurallado.


Fondeo tranquilo protegido del viento del Norte


Una proa de bonitas formas al pie de la escalera que lleva a las ruinas de Lindos.
La hora de las sombras ha llegado...




Anoche tuvimos una pequeña sorpresa... Volviendo hacia la cala donde habíamos dejado nuestro chinchorro descubrimos que... ¡el chinchorro no está! Camille y yo tuvimos que volver nadando al barco y Olivier y Kyrill también tuvieron que darse un baño nocturno después de inspeccionar la playa del pueblo para ver si lo encontraban... Por suerte esta madrugada lo hemos divisado atado a unas rocas, nuestro chinchorro no es famoso por su “manejo fácil” así que el caco no pudo ir muy lejos. Hemos estado buscando los remos toda la mañana pero no aparecen. ¡Cómo veamos al gracioso que ha intentado quitarnos nuestro super-chinchorro lo vamos a dejar verde!