miércoles, 24 de octubre de 2012

El Otoño se acerca

Tras la última visita de Itziar y David nos quedamos unos días más en Taormina disfrutando del buen tiempo y de la tranquilidad del rincón en el que nos encontrábamos y el viernes 12 de Octubre nos levantamos al amanecer y levamos ancla en dirección a Siracusa. Todo apuntaba a que íbamos a tener vientos muy suaves y que tendríamos que utilizar el motor durante casi todo el trayecto. Al medio día el cielo ya empezaba a estar un poco nublado y el viento había subido, así que antes de comernos nuestras tradicionales lentejas con chorizo picante (gentileza de nuestra última visita) dimos un rizo a la mayor. En poco tiempo el cielo se fue poniendo cada vez más negro sobre Sicilia y se empezaron a oír los truenos, la tormenta la teníamos ya encima. Los vientos eran muy fuertes y no nos dejaban avanzar hacia Siracusa ya que a nuestro barco le cuesta bastante ceñir, así que por un rato estuvimos pensando en dejar Malta para otra ocasión y poner rumbo hacia la zona de Calabria en Italia. El viento roló varias veces, imagino que porque teníamos el centro de la tormenta bien encima nuestro, y al final nos permitió poner rumbo hacia Augusta (ciudad situada al norte de Siracusa). Al atardecer el chubasco ya había pasado y nos regaló un cielo y una luz espectacular. Este Mediterráneo tiene mucho temperamento...


Vista del Etna


Unas risas después de la tormenta nunca van mal!
Os dejo unas fotos muy bonitas que hizo Olivier... 







Al día siguiente pudimos anclar en la gran bahía de Siracusa sin ninguna dificultad. Fue esa misma noche en la que otro gran chubasco nos azotó bien, por suerte el ancla agarró sin problema y pudimos dormir tranquilos refugiados de la lluvia y la tormenta eléctrica. Más tarde decidimos amarrar en el muelle gratuito de la ciudad y poder así visitarla sin necesidad de utilizar el chinchorro. Esa misma tarde amarró el “Arrache coeur” al lado nuestro y entablamos buena amistad con su tripulación francesa. De madrugada abrí un ojo y descubrí que el barco subía y bajaba de manera colérica y que afuera el viento rujía como pocas veces había oído. Se había desencadenado otra tormenta y las aguas de la bahía de Siracusa hervían bajo un viento de 50 Nudos aproximadamente que nos venía de proa. Encendimos el motor para dar un poco avante y evitar así que la popa del barco se golpeara contra el muelle, pero una gran ola empujó el barco y el piloto de viento fue arrancado de su estructura al golpearse con éste... En fin, no lo habíamos necesitado hasta ahora y algún día lo teníamos que quitar para que no se estropeara así que esa fue la escusa perfecta para hacerlo, ya lo volveremos a montar cuando sea necesario.


Entrando a la bahía de Siracusa


Olivier aprovechó para ducharse!



Un amanecer con bonitos cumulonimbus en el horizonte


Habían unas nubes espectaculares!

Al amanecer el tiempo amenazaba aun con descargar su furia y decidimos pasar dos noches en el puerto. Aprovechamos la electricidad para desmontar el piloto y Olivier construyó con las barras sobrantes una escalera de baño-pasarela-carrito muy chula.

Ese fin de semana anunciaban un buen viento para dirigirse a Malta y allí que pusimos rumbo la madrugada del viernes 19 de Octubre. Por el camino ocurrió lo inesperado mientras estábamos a punto de comernos unos rabiolis... Nuestro pulpito rosa fluorescente de 4€ nos atrapó un bonito con el que hicimos un marmitaco delicioso que nos duró dos días! Por fin, después de casi seis meses de navegación y la pérdida de no se cuantas rapalas, conseguimos pescar algo! Los vientos de popa nos hicieron llegar mucho más rápido de lo que esperábamos a Malta y tuvimos que pasar la noche dando bordos enfrente de la isla hasta que amaneció y por fin pudimos acercarnos a una cala para fondear y dormir a pierna suelta.
Ahora mismo nos encontramos en la Valletta, fondeados en la parte oeste del gigantesco puerto natural de Malta. A explorar la isla!














domingo, 7 de octubre de 2012

Conociendo el Este


El lunes 24 de Septiembre llegaron nuestros amigos Itziar y David al puerto de Palermo. Para Itziar fue bastante duro el cambio de temperatura entre Bilbao y aquí... Menudos coloretes tenía! Durante ese día y el siguiente aprovechamos para pasear entre las caóticas calles de Palermo y visitar el museo del “Palazzo Branciforte”. Una chica siciliana muy simpática nos guió por el palacio y nos dio todo tipo de explicaciones en español, nos enseñó las impresionantes estructuras dónde se guardaban los objetos del “Monte di Pietà” (centro benéfico donde los pobres obtenían dinero empeñando sus pertenencias) y nos guió hasta la sala donde se expone una bonita colección de objetos que van desde la prehistoria hasta la época romana de Sicilia. El famoso museo arqueológico de A. Salinas está cerrado por trabajos de restauración hasta no se sabe cuando.


Estaba ya oscureciendo y estábamos preparados para salir cuando un vecino de pantalán nos invitó a tomar una copa en su velero. Peter y Guy están llevando el velero de 45 pies de un amigo desde Inglaterra a Grecia para dejarlo allí una temporada. Entre risas y alguna que otra ayuda informática de Peter al final dejamos Palermo a las 24:00h en dirección a las Islas Eolias!



Mercado popular de fruta en las calles de Palermo

Al atardecer del día siguiente ya estábamos a la altura de Alicudi, la primera isla que encontramos empezando por el Oeste. Continuamos navegando un poco más y anclamos al Nord-Oeste de Filicudi. Resulta bastante complicado fondear en estas islas ya que son de origen volcánico y el fondo suele ser rocoso y desciende muy rápidamente. Por la mañana nos dimos un baño esquivando las medusas que abundan en el lugar y pusimos rumbo a Salina. Una vez allí mojamos el ancla en la arena negra de la cala de Pollara, también al Nord-Oeste y por la mañana volvimos a anclar delante de la playa de Santa Marina para visitar el pequeño pueblo. Aquí el barco quedó casi en la orilla porque el fondo descendía vertiginosamente a pocos metros de distancia!



Foto tomada desde la cala de Filicudi, con las vistas de Alicudi al fondo


David disfrutando del sol con Filicudi al fondo


Preparando una red para pescar en Salina, seguimos sin tener mucho éxito en la materia...


Saliendo de la cala de Pollara (Salina)


El Hephaïstos en la playa de Santa Marina, con Panarea (derecha) y Stromboli (izquierda) al fondo


Una pequeña siesta en tierra firme, en el paseo marítimo de Santa Marina (Salina)


Paseando por las calles de Santa Marina (Salina)

Esa misma tarde pusimos rumbo a Stromboli, el único volcán de toda Europa en continua erupción. A medida que nos íbamos acercando se veía más claro que en la cima Oeste de la isla brotaba una pequeña fuente incandescente. Estuvimos navegando de Norte a Sur delante del cráter durante unas horas y cada media hora, más o menos, se veía escupir al volcán con más intensidad. En una ocasión incluso vimos como la lava al rojo vivo se deslizaba por la ladera hasta casi tocar el agua. Era impresionante el intenso calor que notábamos desde el barco y cómo se secaban los labios por ese ambiente tan especial.

Cuando ya nos entró el sueño pusimos rumbo hacia Panarea y anclamos con las primeras luces del día en Cala Junco, al Sur-Oeste de la isla. Es una cala de fondo de arena negra con un brazo de roca que la envuelve, en cuya cima se puede visitar un poblado prehistórico. Allá por donde vayas en Sicilia te encuentras restos históricos impresionantes!



Los delfines nos vinieron a saludar de nuevo de camino a Stromboli!


El mar y el cielo se convirtieron en uno solo durante el atardecer


Atardecer en Cala Junco (Panarea)



Jugando con las piedras en la playa de Cala Junco (Panarea). Solo me falta un hueso en la cabeza... jajaja!

Continuamos nuestra ruta a la mañana siguiente en dirección a Lipari. Allí hicimos una para en Campobianco, donde hasta hace no mucho existía una explotación de piedra pómez. Nadamos hasta la costa entre estas extrañas piedras flotantes y nos maravillamos con las extrañas y coloridas rocas volcánicas que cubren la costa. Proseguimos un poco más y anclamos en la bahía de Lipari. Allí visitamos un poco la ciudad y nos dirigimos al barco dispuestos a zarpar para cruzar el Estrecho de Mesina. La predicción era de un viento suave pero no veas que nerviosa me puse al ver que al poco tiempo de zarpar estábamos rodeados de relámpagos por todas partes y que el viento subía! En este rincón del Mediterraneo, por lo que hemos podido comprobar, nunca coinciden las previsiones meteorológicas que anuncian en Internet con la realidad. Continuamos como unos campeones y cuando por la mañana vimos que soplaban alrededor de 35 Nudos de viento y que nos era imposible poner rumbo al Estrecho, dimos la popa al viento y nos dirigimos al puerto más cercano que encontramos: Tropea (Calabria).


Allí nos llevamos una grata sorpresa al descubrir que el puerto es libre, por lo menos durante los ocho siguientes meses, ya que están cambiando de concesión. Mientras esperamos durante dos días a que el viento nos fuera favorable allí conocimos a los cuatro simpáticos tripulantes de un velero francés (de Sète) que se dirigía hacia Grecia. Estaban muy contentos de encontrar a gente joven de travesía, algo que parece ser que escasea! 




Itziar llevando la caña como una campeona con 35 Nudos de viento!


Recalada en el puerto de Tropea (Calabria)

Al fin conseguimos poner rumbo hacia el Estrecho de Mesina. Nos hubiera gustado poderlo pasar de día ya que el tránsito de barcos en esa zona es impresionante, pero al final llegamos en plena noche. Con la ayuda del AIS y de los prismáticos conseguimos esquivar los barcos que aparecían de todas partes y al salir del estrecho nos deslizamos entre curiosos remolinos, todo con la vela mayor y a motor para facilitar las maniobras y hacerlas más rápido.

Una vez anclados en Taormina hemos podido disfrutar de nuevo de las ruinas de su teatro griego y también alquilamos un coche para poder visitar las ruinas de Siracusa y su bonita ciudad e increíble museo arqueológico.



La tripulación completa con el Estrecho de Mesina al fondo!


Magníficas vistas del Teatro Antiguo de Taormina, desde donde se veía el humeante volcán Etna


Cueva de Orecchio de Dionisio, en Siracusa


El colosar teatro griego de Siracusa 


Una de las impresionantes esculturas del Museo Arqueológico Regional "Paolo Orsi" de Siracusa


Atarceder en Siracusa

Ayer 6 de Octubre nos despedimos de nuestros tripulantes Itziar y David y continuamos nuestra singladura de nuevo solitos... Imagino que daremos la vuelta completa a Sicilia y nos dirigiremos más tarde hacia Malta.

Muchas gracias a todos por vuestros comentarios, como siempre nos hace mucha ilusión el recibir noticias vuestras! Un abrazo muy fuerte desde el Hephaïstos!